
Contenido
- 1 Son muchas las lecciones que Jesús enseña, pero estas son las más importantes
- 1.1 Jesús enseña a sus acólitos a confiar en él
- 1.2 Jesús enseña a sus acólitos a recrearse en él
- 1.3 Jesús enseña a sus acólitos a ser humildes.
- 1.4 Jesús enseña a sus acólitos a ser pacientes
- 1.5 Jesús enseña a sus acólitos a aguantar hasta el final.
- 1.6 Jesús enseña a sus acólitos a soportar hasta el final.
- 1.6.1 ¿Por qué murió Jesús en la cruz? 5 razones profundas
- 1.6.2 Top 7 mejores regalos para amigas cristianas
- 1.6.3 El poder de la oración: Sagrado, impresionante e increíble
- 1.6.4 Top 9 mejores regalos cristianos para papa
- 1.6.5 Celebra que Dios está contigo y tus victorias
- 1.6.6 Jesús enseña poderosas y transformadoras lecciones de vida
- 1.6.7 43 Citas sobre la oración para inspirar tu vida de oración
- 1.6.8 Top 7 mejores regalos cristianos para mujeres
- 1.6.9 10 versos clave de la Biblia sobre la soberanía de Dios
Son muchas las lecciones que Jesús enseña, pero estas son las más importantes
«¿Alguna vez te has preguntado por qué razón Dios te lleva por medio de los vales y las tormentas de la vida?
¿Por medio de los avatares y las vueltas y revueltas con tus hijos? ¿Por qué razón tienes al miserable jefe o bien a los molestos colegas que tienes? ¿Por qué razón «Harry el necesitado» te busca todos todos los domingos? ¿Por qué razón Dios te ha metido en el pueblo de «Boresville, USA»? ¿Dios trata de enseñarte algo?
Jesús está de manera continua «haciendo algo» en nuestras vidas. Y no está sencillamente tratando de enseñarnos «lecciones». Tiene planes para nuestras vidas. Planes para convertirnos a su imagen y similitud. Y Jesús cumple esos planes. A la perfección. Totalmente. Y nada puede impedirle cumplir sus propósitos para nosotros. Cuando invoqué al Señor por vez primera, estaba agobiado por que me liberara de mi esclavitud al pecado. Deseaba tener algo de paz y alegría en mi vida. No sabía que opinar en Jesús quería decir que me anotaba para ser un acólito. Yo era más como la multitud de gente que solo deseaba que Jesús los sanara. No precisaba alistarme para transformarme en un seguidor para toda la vida de Jesús, pero Jesús enseña demasiado como para no hacerlo.
Creo que en ocasiones olvidamos que somos acólitos de Jesús y de que Jesús enseña.
Cuando menos lo hago. Mas jamás nos graduamos de ser acólitos en esta vida. Aun tras haberle seguido a lo largo de treinta y cinco o bien sesenta y cinco años. Aun si estamos enseñando y discipulando a otros. Cada uno de ellos de nosotros siempre y en todo momento va a ser un acólito de Jesús.
Un acólito es un estudiante. Un imitador. Un practicante. Un practicante para toda la vida.
Entonces, ¿qué desea enseñarnos Jesús a ti y a mí? ¿De qué manera pretende moldearnos a su similitud? Acá hay poderosas lecciones de Jesús que son transformadoras de la vida. Quizá puedas relacionar…
Jesús enseña a sus acólitos a confiar en él
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu comprensión. Proverbios 3:5
¿Por qué razón nos ponemos deseoso cuando las finanzas están apretadas? ¿Por qué razón nos sentimos miedosos de nuestros hijos? ¿Por qué razón nos preocupamos por el futuro? En último término es pues olvidamos confiar en el Señor. Confiar en que proveerá para nosotros. Confiar en que se preocupa por nuestros hijos interminablemente más que . Confiar en que va a escuchar nuestras oraciones. Opinar que cumplirá sus promesas.
Jesús les afirmó a sus acólitos que confiasen en que Dios proveería para ellos.
«De ahí que os digo: No os preocupéis por vuestra vida, con lo que comeréis o bien tomar, ni por vuestro cuerpo, con lo que vestiréis. ¿No es la vida más que el comestible, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y no obstante vuestro Padre divino las nutre. ¿No valéis más que ? ¿Y quién de vosotros, por estar deseoso, puede agregar una sola hora a su vida? ¿Y por qué razón os preocupáis por la ropa? Considerad los lis del campo, de qué manera crecen: no trabajan ni hilan, mas os digo que ni tan siquiera Salomón con su gloria se vistió como uno de ellos. Mas si Dios viste de esta forma la yerba del campo, que el día de hoy está viva y mañana se echa al horno, ¿no te va a vestir considerablemente más a ti, que tienes poca fe? Por tanto, no os preocupéis diciendo: «¿Qué vamos a comer?» o bien «¿Qué tomaremos?» o bien «¿Qué vamos a vestir? Pues los gentiles procuran todas y cada una estas cosas, y vuestro Padre divino sabe que las precisáis todas y cada una. Mas procurad primero el reino de Dios y su justicia, y todas y cada una estas cosas os van a ser añadidas. Mateo 6:25-treinta y tres
¿Por qué razón están tentados de estar deseoso ahora? ¿Para qué exactamente precisas confiar en el Señor? Pídele que te asista a confiar en él. Pídele que te dé su paz sobre lo que sea estés pasando.
Nuestro Señor seguirá enseñándonos a confiar en él por el resto de nuestras vidas. Con lo que no deberíamos sorprendernos en el momento en que nos hallemos con la próxima situación en la que precisemos confiar en él.
Jesús enseña a sus acólitos a recrearse en él
¿Recuerdas cuando Satanás llevó a Jesús a una montaña y le mostró todos y cada uno de los reinos del planeta y su dispendio y trató de que se deleitara en ellos? Si tentó a Jesús de este modo, efectivamente nos tentará a recrearnos en este planeta y sus «glorias» asimismo.
Hay un precioso vecindario cerca del mío por el que suelo caminar. Enormes y bellas casas – mansiones. Céspedes de manera perfecta ajardinados. En ocasiones me he sentido tentado a envidiar a esa gente. Lo que es una insensatez, por el hecho de que Dios nos ha bendecido a mi esposa y a mí con una cómoda casa vieja en una calle sosegada con grandes vecinos. Y no me agradaría tener que sostener esas mansiones. No obstante, aún puedo estar tentado de envidia.
Mas Dios nos dice:
No envidies a los pecadores, sino continúes en el miedo del Señor todo el día. Proverbios 23:17
Todos podemos ser tentados a recrearnos en este planeta. Podemos ser tentados a meditar si solo tuviese esto o bien aquello y me sentiría efectuado. Habríamos de estar agradecidos por todas y cada una de las bendiciones y placeres y recrees que Dios nos da, mas jamás deberíamos olvidar que nuestro primordial deleite habría de estar en Dios mismo. Dios nos dice:
Deléitate en el Señor, y te va a dar los deseos de tu corazón. Cántico 37:4
Todos y cada uno de los recrees, maravillas, bellezas y alegrías del cosmos no son más que polvo equiparado con el infinito esplendor, gloria y alegría de Jesús. El primer segundo de mirar su semblante glorioso en el cielo nos va a hacer olvidar todos y cada uno de los placeres que conocimos en esta vida.
Adán y Eva tuvieron inconvenientes cuando Satanás les hizo mirar la fruta «deseable» que Dios les había prohibido comer.
Conque cuando la mujer vio que el árbol era bueno para el alimento, y que era una exquisitez para los ojos, y que el árbol era deseable para hacer a uno sabio, tomó de su fruto y comió, y asimismo dio un tanto a su marido que estaba con ella, y comió. Génesis 3:6
Jesús enseña a sus acólitos a recrearse en él y no en los recrees de este planeta.
Jesús enseña a sus acólitos a ser humildes.
Las aflicciones a las que Dios nos lleva revelan lo enclenques que somos. Cuánto lo precisamos. Jesús enseña que debemos ser humilde, siendo él el máximo ejemplo de humildad. Si bien era Dios, se vejó a sí mismo y aceptó la debilidad humana.
No hagan nada por ambición ególatra o bien jacta, mas en la humildad consideren a el resto más esenciales que mismos. Que cada uno de ellos de busque no solo sus intereses, sino más bien asimismo los intereses del resto. Tened entre vosotros este pensamiento, que es el vuestro en Cristo Jesús, el que, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino se vació a sí mismo, tomando la manera de siervo, naciendo a similitud de los hombres. Y siendo encontrado en forma humana, se vejó a sí mismo volviéndose obediente hasta la muerte, aun la muerte en la cruz. Filipenses 2:3-ocho
Jesús se vejó. Y le afirma a sus acólitos que se vejen
Humillaos, puesto que, bajo la poderosa mano de Dios a fin de que a su debido tiempo os exalte, echando todas y cada una vuestras ansiedades sobre él, por el hecho de que se preocupa por vosotros. 1 Pedro 5:6-siete
La gente humilde se percata de que precisa al Señor. La gente humilde no piensa que lo tiene todo junto. La gente humilde no piensa que pueda solucionar sus inconvenientes. La gente humilde no piensa que pueda sostenerse a sí. Los acólitos humildes lanzan sus ansiedades y cuidados sobre Dios, sabiendo cuánto se preocupa por ellos. Cuando ponemos nuestras preocupaciones en el Señor, decimos, «Señor, soy enclenque. Estoy necesitado. No puedo hacer esto por mi cuenta. Te necesito».
De ahí que Jesús enseña y lleva a sus acólitos por medio de desiertos y vales. Para asistirnos a darnos cuenta de cuánto lo precisamos. Para asistirnos a ser humildes, como .
Jesús enseña a sus acólitos a ser pacientes
La reina resumió la manera en que la mayor parte de nosotros somos naturalmente: «Lo quiero todo, lo quiero todo, lo quiero todo, y lo quiero ahora.» Le he dicho a la gente que jamás rezo por la paciencia por el hecho de que sé que Dios me va a llevar por medio de algo que lo requerirá.
Jesús enseña a sus acólitos a ser pacientes. A aguardar que cumpla su propósito en su instante perfecto. A confiar en que salvará a sus hijos en su instante. La confianza que les va a dar en su instante. Nos lo dice:
Espera al Señor, sé fuerte, y deja que tu corazón se anime; ¡espera al Señor! Cántico 27:14
La paciencia es uno de los frutos del Espíritu. Y como todos y cada uno de los frutos, la paciencia toma tiempo para medrar. ¿No sería estupendo si fuésemos de forma automática pacientes? Lo siento. Respira hondo. Jesús enseña que debemos ser pacientes y él te va a hacer paciente poquito a poco. Día a día. Prosigue buscándolo, pidiéndole gracia y ayuda y paciencia y alegría. Lo lograrás.
Jesús enseña a sus acólitos a opinar que trabaja todas y cada una de las cosas juntas para su bien.
Y sabemos que para los que aman a Dios todas y cada una de las cosas trabajan juntas para el bien, para los que son llamados conforme su propósito. Romanos 8:28
Si verdaderamente pensáramos que Dios obra todas y cada una de las cosas para nuestro bien, jamás nos quejaríamos ni nos quejaríamos de nada.
Cuando estamos tentados a murmurar o bien lamentarnos la mejor pregunta que podemos hacernos es ¿qué creo sobre Dios ahora? ¿Creo que es bueno y cariñoso? ¿Creo que está utilizando esto para hacerme más como Cristo? ¿Creo que tiene el control de todas y cada una de las cosas? ¿Creo que Dios es interminablemente sabio y sabe lo que es mejor para mí?
Jesús enseña a sus acólitos a aguantar hasta el final.
Aun cuando Jesús paseó por la tierra, muchos de sus acólitos lo prosiguieron por un tiempo y después se distanciaron. Cuando Jesús enseñó que los fieles deben «comer su carne» y «tomar su sangre» muchos dejaron de seguirlo:
Tras esto, muchos de sus acólitos se volvieron y ya no anduvieron con él. Juan 6:66
En la parábola de los 4 suelos, Jesús afirmó que ciertas personas reciben su palabra con alegría al comienzo, mas que entonces los cuidados y preocupaciones de esta vida los hacen distanciarse.
Y estos son los sembrados en tierra rocosa: los que, cuando escuchan la palabra, la reciben de manera inmediata con alegría. Y no tienen raíz en sí, sino continúan por un tiempo; entonces, cuando brota la preocupación o bien la prosecución a raíz de la palabra, de forma inmediata se separan. Marcos 4:16-diecisiete
Sé que hay múltiples interpretaciones de estos versos, mas lo que está claro es que no todos y cada uno de los que en un inicio responden a la palabra de Dios con alegría perseveran cuando padecen «a raíz de la palabra».
Dios nos afirma que debemos correr la carrera con resistencia. No importa de qué forma comencemos la carrera. Lo que importa es de qué forma la acabamos.
Por consiguiente, puesto que estamos rodeados por una enorme nube de testigos, dejemos asimismo de lado todo peso y pecado que se aferra tanto, y corramos con resistencia la carrera que se nos presenta, mirando a Jesús, el creador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que se le presentó aguantó la cruz, desdeñando la vergüenza, y está sentado a la derecha del trono de Dios. Hebreos 12:1-dos
Jesús enseña a sus acólitos a soportar hasta el final.
Hacemos esto fijando nuestros ojos en él, el último ejemplo de resistencia.
Jesús enseña a sus acólitos «hacedores de vida» para hacer sus vidas más simples y nos llama a imitarlo. No nos llama a hacer nada que no haya hecho.
Nos está convirtiendo a su imagen y similitud. Con lo que prosigan siguiéndolo. Prosigue imitándolo. Prosigue leyendo su Palabra, meditando en ella, obedeciéndola. Prosigue leyendo los evangelios para poder ver de qué forma vivió Jesús y de que manera Jesús enseña a vivir. Y no olvides que eres un acólito y siempre y en toda circunstancia vas a ser un acólito de Jesús. Y si bien lo prosigas y hagas el trabajo duro de un acólito, es Jesús quien te cambia y te hace a su similitud.