
Contenido
- 1 El poder de la oración: Una de las mayores fuerzas que existen
- 2 ¿Por qué razón?
- 3 Listas de oración del pasado
- 3.0.1 Jesús enseña poderosas y transformadoras lecciones de vida
- 3.0.2 12 razones vitales por las que cada uno de nosotros deberÃa ser parte de una iglesia
- 3.0.3 Fe en tiempos de pandemia
- 3.0.4 ¿Quién es Jesús? La última pregunta
- 3.0.5 5 consejos de narración de historias religiosas
- 3.0.6 Top 7 mejores regalos cristianos para mujeres
- 3.0.7 10 cosas que deberÃas saber sobre la teologÃa sistemática
- 3.0.8 Top 8 mejores regalos cristianos para niños
- 3.0.9 ¿Salva el bautismo? (1 Pedro 3)
El poder de la oración: Una de las mayores fuerzas que existen
Cuando pienso en la oración, la primera cosa que me viene a la psique NO es el poder de la oración.
Y si observaran mi vida de oración, eso serÃa evidente. El simple hecho es que la cantidad que rezo no refleja el poder de la oración. Cuando las escrituras charlan de la oración, lo hacen en términos explosivos y que alteran el planeta.
Santiago 5:16-dieciocho dice:
La oración de una persona justa tiene un enorme poder mientras que marcha. ElÃas era un hombre con una naturaleza como la nuestra, y rezó fervorosamente a fin de que no lloviese, y a lo largo de 3 años y 6 meses no llovió sobre la tierra. Entonces rezó nuevamente, y el cielo dio la lluvia, y la tierra dio su fruto.
Este verso que pinta un cuadro pasmante, -tienes-que-estar-que-me-niñes, sobre el poder de la oración. Traza una lÃnea directa entre la oración de ElÃas que altera el tiempo y mis oraciones. Es totalmente increÃble. Dios desea que mire la mega oración de ElÃas que induce a la sequÃa y que piense: «Ese género de oración poderosa está libre para mû.
Como el enorme teólogo, Owen Wilson afirmarÃa, «Woooowwww».
Tomar el poder de la oración por concedido
El simple hecho es que doy por hecho la oración. Deseo decir, es «solo» orar. Me enseñaron a orar a una edad temprana y mi familia siempre y en todo momento rezaba ya antes de la cena y la hora de acostarse. Mi padre rezaba antes que hiciésemos viajes largos y rezaba por nosotros en el momento en que nos enfermábamos.
En nuestros dÃas prosigo exactamente el mismo ritmo. Rezo cuando leo mi Biblia y hago que mis hijos recen ya antes de comenzar a comer. Tengo una oración «estándar» para la hora de dormir que digo sobre mis hijos. No hay milagro que ocurra (hasta el momento) tras estas oraciones. Todo semeja bastante vulgar.
Si estuvieses presente en alguna de estas oraciones (lo que serÃa super extraño – ¿por qué razón estás en mi casa?), serÃa obvio que no pienso en el poder de la oración en el instante.
¿Por qué razón?
Una razón puede que pues Cristo ha abierto el camino a los Lugares Santurrones, puedo orar de forma libre a cualquier hora del dÃa. Puedo orar en el turismo, mientras que trabajo, y mientras que cuido a mis hijos. Ser capaz de orar tan de manera libre es una increÃble y fantástica bendición.
No obstante, creo que la libertad con la que puedo orar hace que dé por hecho la oración. No trato la oración como algo particularmente poderoso o bien sagrado. No creo que la oración sea un intercambio real y vivo entre yo y el Dios del fuego vivo y consumidor.
Si voy a comenzar a degustar el poder sagrado de la oración, necesito comenzar a rememorar ciertas cosas cuando rezo.
La libertad con la que puedo orar hace que dé por hecho que rezo.
El poder de la oración: Dios escucha
Mas sabed que el Señor se ha separado a los piadosos para sà mismo; el Señor escucha cuando le llamo. (Cántico 4:3)
Oh Señor, por la mañana oyes mi voz; por la mañana preparo un sacrificio para ti y vigilo. (Cántico 5:3)
Cuando oro, el Señor mismo, Yahvé, el Rey de Reyes, el comandante de los ejércitos del Cielo, me escucha! El Dios que aplastó al ejército egipcio y vejó a los profetas de Baal me escucha cuando le llamo. El Dios que rompió el Mar Colorado, que desarticuló a los babilonios, que conquistó a los madianitas con trescientos hombres y el cobarde de un general, está en sintonÃa con mis oraciones.
El poder de la oración no viene de las palabras que digo, sino más bien del Dios que escucha.
No estoy balbuciendo palabras vacÃas en el vacÃo. No estoy sencillamente hablando conmigo. Este no es el poder de charlar en positivo.
Cuando llamo, Dios escucha.
No puedo exagerar lo pasmoso que es esto. Dios escucha de veras y de veras cuando rezo. ¿Por qué razón no aprovecharÃa esto más de forma frecuente? ¿Por qué razón me esmero tan frecuentemente en mi fuerza cuando el omnipotente está aguardando que le rece?
El poder de la oración: Dios actúa
Jesús les respondió: «De verdad os digo que si tenéis fe y no vaciláis, no solo haréis lo que se le ha hecho a la higuera, sino si bien le afirméis a este monte: ‘Sube y échate al mar’, eso va a suceder. Y todo cuanto solicitéis en la oración, lo vais a recibir, si tenéis fe.» Mateo 21:21-veintidos
No solo Dios escucha mis oraciones, sino asimismo responde a ellas. Cuanto más pienso en esto, más me cuesta entenderlo.
Solicito y Dios actúa.
Mis palabras de súplica mueven el corazón del Rey del Cosmos. Él sostiene los planetas en órbita. Evita que los átomos se dividan accidentariamente y creen un holocausto nuclear. Él ordena lluvias y llamas y el ascenso y caÃda de presidentes y dictadores.
Y este Dios actúa en mi nombre cuando rezo. Este, de hecho, es el pasmoso poder de la oración.
Cuando rezo, Dios hace cosas reales, sorprendentes, increÃbles. Él cambia las circunstancias. Suaviza los corazones. Él salva a los progenitores y a los hijos. Él da la paz que excede el comprensión. Él interviene con la provisión financiera. Él trae la reconciliación. La oración lleva al Dios Todopoderoso a los detalles mundanos de mi vida.
La oración lleva al Dios Todopoderoso a los detalles mundanos de mi vida.
La oración no es un ritual vano. La oración es invitar al Dios vivo a intervenir en mi nombre.
El poder de la oración: Dios robustece
Oh Señor, escuchas el deseo de los afligidos; robustecerás su corazón; vas a inclinar tu oÃdo para hacer justicia al huérfano y al oprimido, a fin de que el hombre que es de la tierra no golpee más el terror. (Cántico 10:17-dieciocho)
No solo Dios me escucha cuando rezo, sino asimismo me robustece. En la mitad de la consternación, cuando apenas tengo fuerzas para llamar a Dios, me escucha y me robustece. Él me da una auténtica fuerza espiritual, sensible e inclusive fÃsica.
La oración me conecta a la infinita fuerza de Dios. Este es el glorioso poder de la oración. Si bien soy anatómicamente enclenque, la oración me conecta con Aquel que hace que las supernovas parezcan luces nocturnas. La oración es una convidación divina a probar el poder de Dios que cambia la vida.
Nuevamente, ¿por qué razón iba a desatender esto? Me recuerda al himno que dice:
Oh, qué paz perdemos de forma frecuente
Oh, qué dolor superfluo aguantamos
Todo pues no llevamos
Todo a Dios en la oración
El poder de la oración: Dios bendice
Si , que sois malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo va a dar buenas cosas a los que se las soliciten! (Mateo 7:11)
Dios está deseoso por bendecirme. Como estoy deseoso por dar buenos regalos a mis hijos, Dios está deseoso por darme buenos regalos a mÃ. Cuando rezo, Dios libera bendiciones en mi vida.
Me percato de que eso suena horriblemente a Joel Osteen, mas no lo es. Es la palabra de Dios. Dios me va a dar cosas buenas cuando le rece. Me bendecirá y verterá sus increÃbles riquezas en mi vida.
Una y otra vez en las escrituras, vemos a Dios respondiendo a la oración con bendiciones. Cuando desatiendo la oración, me pierdo la gracia única que Dios desea darme.
Listas de oración del pasado
Creo que, en ocasiones, las listas de oración tienden a hacerme olvidar el poder de la oración.
No me malinterprete, las listas de oración son herramientas útiles. Me asisten a rememorar que debo orar por cosas que en general olvidarÃa. En ocasiones, por norma general tras leer un libro inspirador sobre la oración, me da una patada en la lista de oración. Resuelvo ser más ágil y leal en la oración. Ser como Pablo, que siempre y en toda circunstancia recordaba a la gente en sus oraciones.
Pese a mi aprecio por las listas de oración, tiendo a separarme de ellas. Si tuviese que poner el dedo en la llaga, afirmarÃa que tiendo a desamparar las listas de oración con una mayor frecuencia por el hecho de que mis listas de oración son de manera frecuente hastiadas y poco imaginativas. Son rancias, como las viejas galletas insÃpidas. Se leen como recetas.
La realidad es que mis listas de oración están limitadas por mi imaginación.
Están repletas de pequeñas, limitadas y mundanas solicitudes.
En otras palabras, mis listas de oración no reflejan el poder de la oración.
Si mirases mi lista de oraciones, no te sentirÃas como, «¡Woah! Sujétame! Debes meditar que eres Juan el Bautista o bien algo de esta forma, pues tienes ciertas cosas locas que pides acá.» No acostumbro a tener grandes y valientes solicitudes de fe en mis listas de oración.
¿Por qué razón es de este modo? ¿Por qué razón mis listas de oración son tan desganadas? Por el hecho de que no tengo presente las escrituras como Efesios 3:20, que charlan del glorioso poder de la oración:
«Y a aquel que es poderoso para hacer considerablemente más en abudancia que todo cuanto solicitamos o bien pensamos, conforme el poder que actúa en nosotros…
Este verso hace volar en pedazos mis hastiadas listas de oración. No pongo mucho pensamiento o bien pasión en mis listas de oración. Marchan como las listas de comestibles espirituales: una lista de verificación de múltiples cosas que necesito. Mas este versÃculo afirma que Dios es capaz de hacer considerablemente más en abudancia de lo que puedo solicitar, o bien aun meditar.
Si me sentase y pensase verdaderamente en ello, podrÃa meditar en cosas muy grandes y también esenciales para solicitarle a Dios. Cosas que por norma general no solicitarÃa por el hecho de que son tan… bueno, grandes. Cosas que son un claro estiramiento de mi fe.
Rezo por la salvación de mis hijos. Si soy verdaderamente valiente y también imaginativo, rezaré a fin de que Dios se apodere trágica y fuertemente de cada uno de ellos de mis hijos. Efesios 3:20 me afirma que Dios puede hacer cosas increÃbles, poderosas y que sacuden la vida de mis hijos que ni tan siquiera podÃa imaginar. ¿Creo esto?
Rezo por la provisión de Dios para mi familia. Si soy verdaderamente valiente y también imaginativo, rezaré a fin de que Dios provea lo bastante a fin de que podamos dar un pedazo de dinero a alguien que lo necesite. Efesios 3:20 me afirma que Dios puede proveer para mi familia de formas sorprendentes, «Cielo santo, Dios está en este sitio». ¿Creo esto?
Rezo a fin de que Dios profundice mi amor por él. Si soy verdaderamente valiente y también imaginativo, rezaré a fin de que Dios aumente mi amor por su palabra, aumente mi amor por mis compañeros cristianos, y me deje probar la realidad de su presencia dÃa tras dÃa. Efesios 3:20 me afirma que Dios puede localizarme y mudarme y trabajar en mà de formas que jamás podrÃa haber soñado!
Dado el poder de la oración, mis listas de oración han de ser inspiradas, valientes y también imaginativas. Y debo aproximarme a mi oración con una expectativa deseosa. ¡DeberÃa aguardar que Dios se lleve mis esperanzas! DeberÃa aguardar que Dios diese más de lo que solicito.
DeberÃa aguardar que Dios me sorprenda.