
Contenido
- 1 19 motivos por los que dar gracias a Dios
- 1.1 #1 – Dar gracias a Dios por el hecho de que nos ha dado el mayor regalo
- 1.2 #2 – Dar gracias a Dios por el injusto regalo de la salvación
- 1.3 #3 – Dar gracias a Dios por su bella palabra
- 1.4 #4 – Dar gracias a Dios por su clemencia, amor y lealtad
- 1.5 #5 – Dar gracias a Dios de que nada nos apartará de Él
- 1.6 #6 – Dar gracias a Dios que cualquier día lo vamos a ver frente a frente
- 1.7 #7 – Dar gracias a Dios por hacernos como Cristo
- 1.8 #8 – Dar gracias a Dios que cumplirá sus planes para nosotros
- 1.9 #9 – Dar gracias a Dios por su rebosante bondad
- 1.10 #10 – Dar gracias a Dios por su provisión diaria
- 1.11 #11 – Dar gracias a Dios por su incesante protección
- 1.12 #12 – Dar gracias a Dios por su incesante guía
- 1.13 #13 – Agradece al Señor que escucha nuestras oraciones
- 1.14 #14 – Dar gracias a Dios por nuestras familias y amigos
- 1.15 #15 – Dar gracias a Dios por cada buen regalo
- 1.16 #16 – Dar gracias a Dios por la salud y la fuerza
- 1.17 #17 – Dar las gracias al Señor que hace que todas y cada una de las cosas funcionen para nuestro bien
- 1.18 #18 – Dar gracias a Dios por sus promesas a nuestros hijos
- 1.19 #19 – Deberíamos dar gracias a Dios por el hecho de que le honra
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19 motivos por los que dar gracias a Dios
Dad gracias a Dios, pues es bueno; su amor es eterno» (Cántico 118:1).
Si bien nuestra nación festeja el Día de Acción de Gracias una vez por año, los que creemos en Jesucristo tenemos motivos para dar gracias cada hora de día a día.
Habríamos de ser las personas más agradecidas de la faz de la tierra.
Acá hay diecinueve gloriosas y profundas razones para dar gracias a Dios día tras día.
#1 – Dar gracias a Dios por el hecho de que nos ha dado el mayor regalo
«Por el hecho de que de tal forma amó Dios al planeta, que ha dado a su Hijo único, a fin de que todo aquel que en él cree no se pierda, sino tenga vida eterna» (Juan 3:16).
Pues un pequeño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y el gobierno va a estar sobre su hombro, y su nombre va a ser llamado Consejero Fantástico, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz (Isaías 9:6).
Dios nos ha dado el mayor regalo que podría darnos: Jesucristo, su Hijo. Ningún otro regalo podría ser más valioso o bien bello. Y si Dios nos ha dado el regalo más grande, efectivamente no retendrá regalos menores.
Hables Spurgeontal charló de una mujer que se percató de que Jesús era el mayor regalo de todos:
He oído charlar de una buena anciana en una casa de campo, que no tenía solamente que un pedazo de pan y un tanto de agua. Levantando sus manos, afirmó como una bendición, «¿Qué? ¿Todo esto, y Cristo asimismo?
La mayor parte de nosotros hemos visto películas como «National Treasure» o bien «Indiana Jones» (lo sé, acá muestro mi edad) donde la gente entra de súbito en una habitación llena de tesoros – montañas de monedas de oro y esculturas de oro y cofres de tesoro y grandes montones de diamantes y joyas.
La escena que se abre antes que los personajes se queden sin aliento.
Debemos dar gracias a Dios por el hecho de que tenemos algo interminablemente mejor en esta vida y en la siguiente: Cristo es nuestro tesoro. Y cualquier día cuando andemos al cielo y veamos el semblante de Jesús en su ininteligible gloria, vamos a caer de bruces y lo alabaremos por siempre. Cristo es nuestro tesoro.
En Cristo, tenemos la vida eterna. Tenemos el perdón completo y total de cada uno de ellos de nuestros pecados. Ahora somos hijos y también hijas de Dios, la familia de Dios. Ni tan siquiera los ángeles son hijos y también hijas.
En Cristo, tenemos acceso completo y total al trono de Dios en cualquier instante del día o bien de la noche. Las Sagradas Escrituras afirma que somos coherederos con Cristo, ¡compartimos la herencia de Cristo! ¡En sus recompensas!
Es de esta forma como Pablo lo dijo:
De hecho, considero todo como una pérdida por el valor supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por su causa he sufrido la pérdida de todas y cada una de las cosas y las considero basura, para ganar a Cristo (Filipenses 3:8).
Pablo afirma, si tuviese todas y cada una de las riquezas del planeta, si tuviese mansiones y riquezas y fama y todo lo bueno que este planeta pudiese ofrecer, todo es basura, todo es basura, equiparado con el valor supremo de conocer a Cristo Jesús mi Señor. Renuncio a todo por su bien, he sufrido la pérdida de todas y cada una de las cosas.
Si has creído en Jesús y le has llamado a fin de que te salve y sea tu Señor, entonces eres más rico que Bill Gates o bien Jeff Bezos, Mark Zuckerburg o bien los reyes más ricos que hayan existido.
#2 – Dar gracias a Dios por el injusto regalo de la salvación
Un regalo es una cosa que no merecemos o bien no hemos ganado. ¡Dios no nos debe nada!
De ahí que debemos dar gracias a Dios continuamente. Si mereciésemos o bien hubiésemos ganado nuestra salvación no habría razón para dar gracias. No merecíamos que Dios nos diese el regalo de su Hijo. Todo cuanto merecíamos era ser lanzados al averno por siempre por nuestra rebelión y pecados contra un Dios Santurrón.
Mas Dios es tan cariñoso y fantástico y pasmoso, que nos dio a su Hijo cuando aún éramos pecadores y no teníamos ningún interés en Dios o bien amor por él.
…pero Dios muestra su amor por nosotros en que mientras que todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8)
¡Increíble! Antes que tuviésemos algún interés en Dios o bien el deseo de agradarlo, mientras que aún escupíamos en su cara y rompíamos sus mandamientos, mientras que éramos esclavos del pecado y estábamos fallecidos en nuestros pecados, Cristo murió en nuestro sitio para salvarnos de la ira de Dios que merecíamos.
La salvación es un regalo de Dios.
Día a día, debemos dar gracias a Dios por salvarnos.
#3 – Dar gracias a Dios por su bella palabra
Tus palabras fueron encontradas y las comí, y tus palabras se transformaron para mí en una alegría y en el deleite de mi corazón, pues soy llamado por tu nombre, oh Señor, Dios de los ejércitos (Jeremías 15:16)
Tu palabra es una lámpara para mis pies y una luz para mi camino (Cántico 119:105).
¡Qué bendición tan increíble! Tenemos exactamente las mismas palabras de Dios, la fuente de toda verdad, sabiduría y revelación. En la palabra de Dios, se revela, nos afirma de qué manera es, comparte sus pensamientos con nosotros, nos recomienda y nos guía.
Además de la palabra de Dios, no podríamos conocer su santidad, su amor y su plan de salvación. Además de la palabra de Dios no podríamos saber sobre Jesucristo o bien su sacrificio por nosotros en la cruz. Tenemos la palabra de Dios. Millones no la tienen. Habríamos de estar muy agradecidos al Señor por su bella palabra.
#4 – Dar gracias a Dios por su clemencia, amor y lealtad
Dios no solo nos salvó de nuestros pecados, sino nos ama activamente todos y cada uno de los días.
Mas esto lo recuerdo,
y en consecuencia tengo esperanza:
El amor firme del Señor jamás cesa;
sus clemencias jamás llegan a su fin;
son nuevas cada mañana;
grande es tu lealtad (Lamentaciones 3:21-trece).
El Autor del cosmos nos ama! Él derrama nuevas y también infinitas clemencias cada mañana. Él es leal a nosotros. Jamás nos quita los ojos de encima. Es leal para bendecir, guiar, asistir y robustecernos. Su amor es firme. Jamás deja de querernos. Jamás se separa de nosotros.
Esto nos da una increíble esperanza y toda razón para loar y dar gracias a Dios.
#5 – Dar gracias a Dios de que nada nos apartará de Él
¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La preocupación, o bien la sofocación, o bien la prosecución, o bien el apetito, o bien la desnudez, o bien el riesgo, o bien la espada? Como está escrito,
«Por tu bien nos matan todo el día;
somos considerados como ovejas para ser sacrificadas.»
No, en todas y cada una estas cosas somos más que campeones por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los gobernantes, ni las cosas presentes ni las venideras, ni las potencias, ni la altura ni la profundidad, ni ninguna otra cosa en toda la creación, va a poder separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor (Romanos 8:35-treinta y nueve).
Nada nos apartará jamás del amor de nuestro Dios. Cuando mi madre contrajo la enfermedad de Alzheimer, dijo: «Espero no olvidar jamás a Jesús y espero no olvidar jamás a mi familia». Yo afirmé, «Mamá, si bien olvides a Jesús, jamás te va a olvidar a ti. Y si bien nos olvides a nosotros, jamás te vamos a olvidar a ti».
Nada, nada va a poder separarnos del amor de Dios en Cristo. ¡Qué regalo! ¡Qué razón para dar gracias a Dios!
#6 – Dar gracias a Dios que cualquier día lo vamos a ver frente a frente
Amados, somos hijos de Dios ahora, y lo que vamos a ser todavía no ha aparecido; mas sabemos que cuando aparezca vamos a ser semejantes a él, pues le vamos a ver tal y como es (1 Juan tres, dos)
La gloria, la belleza y la majestad de Jesús son infinitas. Es tan hermoso que en Isaías seis los serafines, los ángeles más altos del cielo, que jamás habían pecado, debieron cubrirse el semblante. No podían mirar la santidad y la gloria de Dios.
No obstante, cualquier día vamos a mirar a Jesús frente a frente, nos sorprenderemos y sorprenderemos y le vamos a dar gloria para siempre nunca.
¡Qué razón tan contundente para dar gracias a Dios!
#7 – Dar gracias a Dios por hacernos como Cristo
Y todos , con el semblante descubierto, contemplando la gloria del Señor, somos transformados en exactamente la misma imagen de un grado de gloria a otro. Por el hecho de que esto viene del Señor, que es el Espíritu (dos Corintios 3:18).
Al contemplar la gloria de Cristo en su palabra y en su veneración y oración, Dios está convirtiendo a sus hijos cada día a la similitud de Jesús. De un grado de gloria a otro. Y cualquier día vamos a ser absolutamente transformados a la similitud de Cristo.
No vamos a ser dioses, mas vamos a ser como , vestidos con su gloria. ¡Esto es totalmente pasmoso! Cualquier día, vamos a ser total y totalmente conformados a la imagen de Jesús!
#8 – Dar gracias a Dios que cumplirá sus planes para nosotros
Por el hecho de que sé los planes que tengo para vosotros, declara el Señor, planes de bienestar y no de maldad, para daros un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11).
El SEÑOR cumplirá su propósito para mí;
tu amor firme, oh Señor, pervive por siempre.
No abandones la obra de tus manos (Cántico 138:8).
Es posible que no sepas cuáles son los planes y propósitos de Dios para tu vida. Mas no debemos saberlo por el hecho de que Dios lo sabe. Y tiene planes y propósitos para cada uno de ellos de sus hijos. Ya antes de la fundación del planeta, creó buenas obras a fin de que andemos en ellas.
Nada puede impedir que Dios cumpla sus planes para nuestras vidas. Debemos dar las gracias a Dios que cumpla sus propósitos para nosotros.
¿No son buenas noticias? Demos merced al Señor por cumplir sus buenos y perfectos planes para nosotros.
#9 – Dar gracias a Dios por su rebosante bondad
¡Oh, qué rebosante es tu bondad, que has guardado para los que te temen y trabajado para los que se refugian en ti, a la vista de los hijos de la humanidad! (Cántico 31:19)
Dios no tiene solo un tanto de bondad guardada para nosotros. Tiene una bondad ABUNDANTE guardada. Él tiene bolsas y bolsas de gracia guardadas, aguardando para verterlas sobre nosotros.
Podemos dar las gracias a nuestro Padre por la rebosante bondad que ha vertido sobre nosotros, y aguardar un futuro lleno de bendiciones en el cielo.
#10 – Dar gracias a Dios por su provisión diaria
Danos el día de hoy nuestro pan de día a día (Mateo 6:11).
En el «Padre Nuestro» Jesús nos afirma que le solicitemos a nuestro Padre divino que nos provea. La mayor parte de nosotros en esta nación tenemos comida en nuestras mesas todos y cada uno de los días. Cada comida es un regalo de Dios.
Agradezcamos continuamente al Señor por nuestros trabajos y también ingresos y la exuberancia de comida y provisiones que nos ha prodigado.
#11 – Dar gracias a Dios por su incesante protección
El ángel del Señor campa
cerca de los que le temen, y los libera.
¡Oh, probad y ved que el Señor es bueno!
¡Bendito el hombre que se refugia en él! (Cántico 34:7-ocho)
Hete aquí que el que guarda a Israel no se adormirá ni va a dormir (Cántico ciento veintiuno, cuatro).
Dios jamás nos quita los ojos de encima. Él candela por sus hijos día y noche. Agradezcamos a Dios por su protección diaria, por los miles y miles de viajes y paseos en los que Dios te ha protegido. Por resguardarnos cada noche mientras que dormimos.
Agradezcamos a Dios por resguardarnos de cada ataque del maligno, y por librarnos del pecado y la tentación.
#12 – Dar gracias a Dios por su incesante guía
Yo te instruiré y te voy a enseñar el camino que debes seguir; te recomendaré con la mirada puesta en ti (Cántico 32:8).
¡Qué increíble promesa! Dios mismo promete recomendarnos y enseñarnos. El Autor del Cosmos está guiando personalmente a cada uno de ellos de sus hijos. Asegura que si le solicitamos sabiduría, nos la va a dar. Jesús es nuestro buen pastor que nos conduce al lado de aguas sosegadas.
¿No estás seguro de qué hacer en tu vida? ¿Te encaras a circunstancias desconcertantes? Pídele a Dios sabiduría y guía. Él está aguardando para dártela. Y agradécele que haya prometido darnos sabiduría, para instruirnos y mostrarnos el camino a continuar.
#13 – Agradece al Señor que escucha nuestras oraciones
«Solicitad y se os dará; procurad y encontraréis; llamad y se os va a abrir» (Mateo 7:7)
Procuré al Señor, y me respondió y me libró de mis miedos (Cántico 34:4)
Dios ha prometido contestar a las oraciones de sus hijos. Una y otra vez, nos anima a solicitarle su ayuda, su gracia, su fuerza y su provisión. No nos afirma que solicitemos en balde. Nos afirma que preguntemos pues tiene la pretensión de contestar.
Deberíamos dar las gracias continuamente a Dios por percibir y contestar a nuestras oraciones.
#14 – Dar gracias a Dios por nuestras familias y amigos
Hete aquí que los pequeños son un regalo del Señor, el fruto del vientre es una recompensa (Cántico 127:3)
Un amigo ama en todo instante, y un hermano nace para la contrariedad (Proverbios 17:17).
Nuestras familias y amigos son fantásticos regalos del Señor. El Día de Acción de Gracias es un instante fantástico para dar merced a Dios por los regalos de tus hijos, tus progenitores, tus hermanos y hermanas, y tus amigos.
#15 – Dar gracias a Dios por cada buen regalo
Toda buena lismona y todo don perfecto viene de arriba, bajando del Padre de las luces, con el que no hay alteración ni sombra por causa del cambio (Santiago 1:17).
Pues ¿quién ve algo diferente en ti? ¿Qué debes no has recibido? Si entonces lo recibiste, ¿por qué razón te vanaglorias tal y como si no lo hubieses recibido? (1 Corintios 4:7)
Todo lo bueno que tenemos es un regalo de Dios. Nuestros talentos, nuestra salud, nuestra inteligencia, nuestros trabajos, nuestros hogares. Nuestros dones espirituales. Solo mira cerca de tu sala de estar o bien tu estudio. Mira alrededor la próxima vez que vayas de compras. Nuestras vidas están repletas de regalos de Dios. Agradezcámosle su esplendidez.
#16 – Dar gracias a Dios por la salud y la fuerza
Amado, suplico que todo vaya bien contigo y que tengas buena salud, como va bien con tu ánima (tres Juan 1:2)
¡Qué bendición es la buena salud! Podemos dar gracias por nuestra vista y oído, nuestro gusto, tacto y sentido del olfato. Podemos dar gracias a Dios por cada aliento y latido de nuestros corazones. Nuestra salud es un regalo de Dios.
Y para aquellos de que estamos padeciendo, por bastante difícil que sea de comprender, aún podemos dar las gracias a Dios que cualquier día vamos a tener nuevos cuerpos libres de todo dolor y enfermedad.
#17 – Dar las gracias al Señor que hace que todas y cada una de las cosas funcionen para nuestro bien
Y sabemos que para los que aman a Dios todas y cada una de las cosas trabajan juntas para el bien,h para los que son llamados conforme su propósito (Romanos 8:28).
Nuevamente, es posible que no lo comprendamos, mas Dios hace que TODAS LAS COSAS – buenas y malas – todas y cada una de las cosas – trabajen juntas para nuestro bien final. Y cualquier día vamos a ver de qué manera. Mas de momento, dar gracias con fe da gloria a Dios.
Cuando lleguemos al cielo, vamos a ver muchas de las formas en que Dios hizo que las cosas funcionaran juntas para nuestro bien y su gloria. Mas mientras que estemos en la tierra, expresamos nuestra fe en él dando gracias por su soberanía.
#18 – Dar gracias a Dios por sus promesas a nuestros hijos
Los hijos de tus siervos habitarán seguros; su descendencia se establecerá frente a ti (Cántico 102:28).
«Y en lo que se refiere a mí, este es mi acuerdo con ellos», afirma el SEÑOR: «Mi espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se separarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tus hijos», afirma el SEÑOR, «desde este momento y por siempre». (Isaías 59:21)
Existen muchas promesas como estas en la palabra de Dios. Es la voluntad de Dios salvar y bendecir a nuestros hijos.
Demos gracias de manera continua al Señor por sus promesas de trabajar en nuestros hijos y nietos. Si Dios no fuese el encargado de salvar a nuestros hijos, ¿de qué forma podríamos tener algo de paz?
#19 – Deberíamos dar gracias a Dios por el hecho de que le honra
El que ofrece acción de gracias como su sacrificio me gloria (Cántico 50:23).
El mayor deseo de todo fiel al fondo es gloriar a Dios. La mayor parte de nosotros consideramos que para gloriar a Dios debemos hacer algo grande. Mas el simple acto de dar gracias a Dios le da la gloria. Dar gracias es un acto de fe. Pensamos que todo regalo viene de Dios y tenemos fe en sus promesas de proseguir dándonos todo buen regalo.